domingo, 18 de marzo de 2012

Castrado por maricón

Victor Marijnen, responsable del internado cuando
ocurrieron los hechos.



Dentro del interminable goteo de casos de abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia católica, creo que este se lleva la palma.

En la década de los 1950 todavía se empleaban métodos como la lobotomía o la castración para tratar de «curar» a los homosexuales en países europeos. Parece ser que en el internado de Harreveld, en Holanda, como en tantos otros internados, los curas se dedicaban a abusar de los menores. Como «premio» por haber sido objetos de abusos, los niños fueron castrados, para evitar que se convirtieran en «perversos invertidos». Parece ser que la medida también se tomó contra aquellos que trataron de dar la voz de alarma. En total, se conocen unos 10 casos.

Como siempre pasa en estos casos, la Iglesia trató de ocultarlo con ayuda de sus aliados, los fieles católicos. En este caso se trata de Victor Marijnen, que en la época era presidente del consejo de administración del internado de Harreveld y que posteriormente se convertiría en Primer Ministro de Holanda. Por cierto, Marijnen también fue vicepresidente de la principal agencia de protección de menores de los Países Bajos.

La Comisión Deetman, que en 2011 entregó un informe sobre los casos de abusos a menores en la Iglesia católica en Holanda, ni se dignó a mencionar los casos por «falta de indicios suficientes». La cuestión es que la Comisión encontró documentos, grabaciones médicas, notificaciones de abogados y cartas privadas, pero por lo visto «no eran suficientes». Ha tenido que ser un periódico, el NRC Handelsblad, el que ha dado la voz de alarma.

¿Qué otros horrores nos tendrá reservada la historia reciente de la Santa Madre Iglesia?

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