lunes, 7 de mayo de 2012

La derecha y la otra derecha

Pues no, esta no va a ser una entrada política criticando a la derecha. Voy a hablar de la derecha y de la otra derecha, como me dicen mis amigos cuando digo «a la derecha» y señalo a la izquierda. La cuestión es que estoy leyendo el último libro de Guy Deutscher, Through the language glass, y he llegado a la sección en la que habla de la derecha y la izquierda como algo que no es universal. Pero primero, para mi defensa, diré que Deutscher confirma que el aprender a distinguir entre derecha e izquierda resulta muy difícil para los niños.

En todas las lenguas occidentales (y la mayoría de las otras) tenemos dos sistemas para indicar direcciones. Uno «local», que se mueve con nosotros: derecha/izquierda, delante/detrás, y otro «global», que es fijo: norte, sur, este y oeste. Para describir acontecimientos y lugares a pequeña escala solemos usar el primero, cuando hablamos de cosas a nivel personal (el pie de la derecha, la silla a la izquierda). El segundo se usa para describir cosas mayores (Corea del Norte, el sur de Australia). Para descripciones intermedias podemos elegir el uno o el otro: «tercer calle a la izquierda y luego sigue hacia el norte». Es algo que damos tan por supuesto que nadie se molesta en pensar que podríamos usar otro sistema.

Y aquí llega Guy Deutscher y su descripción del sistema de los guugu yimithirr, que curiosamente hablan la lengua guugu yimithirr. La lengua no sólo es conocida entre lingüistas por habernos dado la palabra «canguro», sino por su curioso sistema de posiciones. Tal como se hablaba originalmente, no tiene el sistema local de posicionado, es decir, no conoce «derecha/izquierda, delante/detrás», sino que en su lugar usa el general, norte, sur, este y oeste. Así no existe el pie derecho y el izquierdo, sino el que está al norte y el que está al sur. No es que no entiendan que tienen un pie izquierdo y otro derecho, sino que no le ven utilidad a usar esas expresiones, sino que dicen «me duele el pie del norte» si se han sentado en dirección al este y les duele el pie izquierdo. Si la consulta del médico está al revés y se sientan mirando al oeste, dirá que le duele el pie del sur, aunque les siga doliendo el pie izquierdo. La idea resulta fascinante. En cualquier conversación casual tienen que saber donde están los puntos cardinales, cuestión que dominan con maestría por lo visto. Para contar una historia, los guugu yimithirr tienen que recordar perfectamente en que posición se encontraban ellos y todo lo demás con respecto a los puntos cardinales. La cuestión llega al punto en que se puede saber en que posición se encontraba la televisión cuando cuentan el argumento de una película.

Y no son los únicos. Hay otras lenguas que usan sistemas absolutos, aunque no necesariamente los puntos cardinales. Los tzeltal viven en la falda de una cadena montañosa, que se eleva hacia el sur. Sus direcciones son «cuestaarriba», «cuestabajo» y «detravés». Así que, una clase de ballet en tzeltal sería algo como, «levanta la mano cuestaarriba y la pierna cuestabajo, date la vuelta y baja la mano  cuestabajo y la pierna cuestaarriba; repite ahora lo mismo con la mano cuestaarriba y la pierna cuestabajo». Eso que nos parece tan absurdo y complicado, funciona, sólo hay que acostumbrarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario